jueves, 16 de septiembre de 2010

BRASIL: Los pequeños agricultores de Brasil buscan su futuro en las cooperativas

Pequeños agricultores brasileños ven en las cooperativas un medio para superar los efectos de la escasez de lluvias o la fuerte competencia de empresas agrícolas.

La asociación Conviver, situada en Mirandiba, un remoto municipio enclavado en la zona semiárida del estado de Pernambuco (nordeste), es un ejemplo de cooperativa que organiza a los agricultores para que puedan vender sus productos a un precio justo y obtengan el máximo rendimiento de sus cosechas.

Mirandiba, situado 423 kilómetros al oeste de Recife, la capital regional, tiene cerca de 15.000 habitantes, la mitad de ellos campesinos cuyos únicos ingresos provienen del cultivo de lechuga, mandioca, berenjenas y frutas.

"Hay una maquinaria nacional a la que enfrentarse y los agricultores no tienen mucha experiencia con eso", reconoce Dorivaldo de Sá, conocido como "Vavá", coordinador de Conviver.

Según "Vavá", los pequeños agricultores se enfrentan a muchas dificultades a la hora de vender sus productos pues es imposible competir con los precios de las empresas que monopolizan el mercado.

Con el apoyo y el asesoramiento de la ONG internacional Action Aid, Conviver consiguió entrar en el Programa de Abastecimiento de Alimentos (PAA) del Gobierno brasileño, mediante el cual el Estado compra los productos de pequeños agricultores y los distribuye en las escuelas públicas de la región.

Gracias a las subvenciones y ayudas estatales, el 60% de las 468 familias inscritas en el programa logró construir cisternas caseras, además de recibir orientación para obtener el máximo rendimiento de los cultivos.

Sin embargo, la dura competencia no es el único obstáculo que tienen que sortear los agricultores, que también enfrentan la recurrente escasez de lluvias en esa zona, conocida como el "sertão" pernambucano.

En Mirandiba, como en la mayor parte del nordeste brasileño, los agricultores dependen de los camiones cisterna del Ejército, que aparecen cuando pueden, para abastecerlos de agua.

Durante la época de sequía, entre mayo y noviembre, la cosecha se reduce drásticamente, por lo que algunos optan por emigrar a zonas agrícolas más productivas.

Cansados de depender de las condiciones climáticas para sobrevivir, muchos habitantes del nordeste abandonan la región para ir a trabajar como jornaleros en el sudeste del país, aunque con ello también renuncian a ser autónomos y a cultivar tierras de su propiedad.

Para combatir ese fenómeno, la alcaldía de Mirandiba apoya la iniciativa de Conviver que busca evitar la emigración de agricultores.

"La agricultura familiar es la base de todo y queremos recuperar un municipio que la gente cree totalmente destruido", aseguró a Efe el alcalde Bartolomé Tiburtino.

El alcalde reconoce que todavía queda camino por recorrer y que urgen otras cuestiones antes de pensar en las estrategias de expansión del mercado agrícola de Mirandiba.

Entre ellas están la reforma de las precarias escuelas rurales y la compra de frigoríficos para almacenar las frutas de los campesinos.

Pese al avance que ha supuesto para la vida de los agricultores, el PAA también tiene desventajas, como el exceso de burocracia para acceder a las ayudas y el límite de productos que se pueden vender al programa.

Por ese motivo, la cooperativa busca cómo mejorar las condiciones de aquellos que no quieren depender únicamente de programas sociales y desean industrializar la producción.

Algunos planes incluyen contactos con fabricantes de helados para venderles directamente la pulpa de la fruta, o con la estatal Petrobras para establecer grandes cultivos de papaya, cuyo aceite sirve para producir biocombustibles.

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