ESPERANZA, Valverde, R.D. Decenas de familias en varias comunidades de la Cordillera Septentrional serán beneficiadas por la creación de una cooperativa de productores de café orgánico que impulsan la Junta de Asociaciones Campesinas Rafael Fernández Domínguez (JACARAFE) y Centro de Estudios Rurales y Agricultura Internacional (CERAI). El proyecto que ya se ejecuta en su fase inicial consiste en el rescate de las plantaciones y la producción cafetalera del distrito municipal de Paradero y otras comunidades de la cordillera septentrional, en el municipio de Esperanza, provincia de Valverde, en la Línea Noroeste.
El programa es auspiciado por el Centro de Estudios Rurales para la Agricultura Internacional de España y la Junta de Castilla La Mancha, en coordinación con el Jacarafe y beneficia a las comunidades de Paradero, Palma Picá, El Llano, El Alto y La Cumbre.
El coordinador del Jacarafe, Mario González Minaya, explicó que en su fase inicial ya en marcha, el proyecto busca el rescate, certificación y producción orgánica de 40 fincas de café de unas 50 tareas cada una, cuyo producto será colocado en el mercado europeo mediante contratos.
Estará bajo la coordinación de la técnico española María Meduiña y beneficia a 40 familias productoras de café de la zona Montañosa de Paradero incluye el financiamiento, construcción de secaderos, túneles especiales para el secado del café en condiciones climatológicas desfavorables, despulpadoras y almacenes.
Durante su ejecución con la Asociación de Productores de Café Margarita Martínez, de la comunidad Paradero, se aplicará la modalidad de convites entre los campesinos asociados para lograr el mantenimiento efectivo de sus respectivas fincas y conjuntamente con las demás asociaciones convertirá en una cooperativa en primer grado para comercializar en café en forma conjunta.
Esta comercialización tenderá a incrementar los beneficios de los productores, a parte de los componentes técnicos para incrementar la productividad en las fincas.
La cooperativa de productores en primer grado, que más tarde deberá convertirse en una de segundo grado, y no sólo deberá encargarse de comercializar la producción y financiarla sino que entrará en una fase de industrialización del grano para ser vendido directamente procesado.
Además de María Meduiña, el proyecto está a cargo Pedro Meduiña y Antonio Giménez quien, además trabaja en otro proyecto similar en Cuba y supervisa el de Paradero en República Dominicana.
Los dos son miembros de la Junta directiva del CERAI y expertos en el área de la agricultura y el Cooperativismo por lo que su acompañamiento ha sido de gran utilidad a los productores en la elaboración y consolidación del proyecto organizando varios seminarios para los productores.
El proyecto incluye un componente de salud y previamente se han ejecutados proyectos humanitarios de reparación de viviendas y caminos vecinales en la zona.
Antonio Giménez afirma que en la zona existen asociaciones de productores fuertes y bien organizadas por lo que han decidido recomendar y trabajar con la cooperativa para comercializar y luego industrializar el café.
Resaltó la receptividad y la disposición de los productores, pero indicó que su trabajo es de orientación y acompañamiento, aclarando que ya han trabajado en ese tipo de proyecto y conocen su funcionamiento, pues la comunidad es la que hace el trabajo.
Mientras que Mario González, coordinador de JACARAFE, afirma que los intermediarios se quedan con todos los beneficios al comprar el café en cáscara a 700 y 800 pesos cuando antes de ser recolectado, por lo que la cooperativa busca impedir que recurran a estos para financiar sus cosechas.
En la actualidad, los productores tienen la mayor parte de las fincas certificadas por los organismos correspondientes en la producción de café orgánico y la meta es de producir 50 quintales por tareas.
Se han contratado 80 mil plantas con el Consejo Dominicano del Café (CODOFE) para repoblar los cafetales y otras cinco mil plantas frutales para ayudar a mantener el control de sombra, logrando que las fincas sean más productivas.
Entre las variedades frutales contratadas figuran aguacate, naranjas, mandarina. Sapotes y otras, que serán aplicada de acuerdo a los condiciones del terreno.
El proyecto incluye componentes tecnológicos, capacitación, financiamiento y asesoría técnica a los productores a cargo técnicos del Centro de Tecnologías sostenibles y del CERAI.
En Haití, el Cerai y Jacarafe trabajan en la redacción de un proyecto agrícola que será puesto en marcha el próximo año, según reveló Antonio Giménez.
Desde hace varios años, Jacarafe ejecuta proyectos binacionales en la zona fronteriza, tanto con comunidades dominicanas como con haitianas.
Actualmente el CERAI ejecuta proyectos en Cuba y Centro América, además de África y el Mediterráneo.
El Centro de Estudios Rurales y Agricultura Internacional (CERAI) es una ONG de desarrollo de proyectos de cooperación internacional desde 1994, Integrada en redes internacionales.
Tiene como objetivos desarrollar sus actividades en dos áreas geográficas para conservar y mejorar la biodiversidad, fortalecer el tejido social en el medio rural, frenar los procesos de desertificación, crear modelos de gestión sostenible del agua, desarrollar la Soberanía Alimentaria, fomentar estancias responsables y solidarias, catalizar la movilización de colaboradores, medios de comunicación, recursos financieros y alianzas y generar alternativas que frenen el proceso de éxodo rural (emigración).
En Latinoamérica desarrollan la Soberanía Alimentaria, frenar los procesos de deforestación, favorecer la conservación de la biodiversidad, promover la investigación y aumentar los conocimientos de temas agrícolas y de cooperación, abordar las causas estructurarles de la pobreza y definir propuestas alternativas.
También, sensibilizar a cerca de la importancia y viabilidad de estos modelos alternativos de desarrollo, apoyar la incorporación de la mujer en todos los ámbitos de la sociedad, incentivar modelos de agricultura, pesca y ganadería sostenible.
El programa es auspiciado por el Centro de Estudios Rurales para la Agricultura Internacional de España y la Junta de Castilla La Mancha, en coordinación con el Jacarafe y beneficia a las comunidades de Paradero, Palma Picá, El Llano, El Alto y La Cumbre.
El coordinador del Jacarafe, Mario González Minaya, explicó que en su fase inicial ya en marcha, el proyecto busca el rescate, certificación y producción orgánica de 40 fincas de café de unas 50 tareas cada una, cuyo producto será colocado en el mercado europeo mediante contratos.
Estará bajo la coordinación de la técnico española María Meduiña y beneficia a 40 familias productoras de café de la zona Montañosa de Paradero incluye el financiamiento, construcción de secaderos, túneles especiales para el secado del café en condiciones climatológicas desfavorables, despulpadoras y almacenes.
Durante su ejecución con la Asociación de Productores de Café Margarita Martínez, de la comunidad Paradero, se aplicará la modalidad de convites entre los campesinos asociados para lograr el mantenimiento efectivo de sus respectivas fincas y conjuntamente con las demás asociaciones convertirá en una cooperativa en primer grado para comercializar en café en forma conjunta.
Esta comercialización tenderá a incrementar los beneficios de los productores, a parte de los componentes técnicos para incrementar la productividad en las fincas.
La cooperativa de productores en primer grado, que más tarde deberá convertirse en una de segundo grado, y no sólo deberá encargarse de comercializar la producción y financiarla sino que entrará en una fase de industrialización del grano para ser vendido directamente procesado.
Además de María Meduiña, el proyecto está a cargo Pedro Meduiña y Antonio Giménez quien, además trabaja en otro proyecto similar en Cuba y supervisa el de Paradero en República Dominicana.
Los dos son miembros de la Junta directiva del CERAI y expertos en el área de la agricultura y el Cooperativismo por lo que su acompañamiento ha sido de gran utilidad a los productores en la elaboración y consolidación del proyecto organizando varios seminarios para los productores.
El proyecto incluye un componente de salud y previamente se han ejecutados proyectos humanitarios de reparación de viviendas y caminos vecinales en la zona.
Antonio Giménez afirma que en la zona existen asociaciones de productores fuertes y bien organizadas por lo que han decidido recomendar y trabajar con la cooperativa para comercializar y luego industrializar el café.
Resaltó la receptividad y la disposición de los productores, pero indicó que su trabajo es de orientación y acompañamiento, aclarando que ya han trabajado en ese tipo de proyecto y conocen su funcionamiento, pues la comunidad es la que hace el trabajo.
Mientras que Mario González, coordinador de JACARAFE, afirma que los intermediarios se quedan con todos los beneficios al comprar el café en cáscara a 700 y 800 pesos cuando antes de ser recolectado, por lo que la cooperativa busca impedir que recurran a estos para financiar sus cosechas.
En la actualidad, los productores tienen la mayor parte de las fincas certificadas por los organismos correspondientes en la producción de café orgánico y la meta es de producir 50 quintales por tareas.
Se han contratado 80 mil plantas con el Consejo Dominicano del Café (CODOFE) para repoblar los cafetales y otras cinco mil plantas frutales para ayudar a mantener el control de sombra, logrando que las fincas sean más productivas.
Entre las variedades frutales contratadas figuran aguacate, naranjas, mandarina. Sapotes y otras, que serán aplicada de acuerdo a los condiciones del terreno.
El proyecto incluye componentes tecnológicos, capacitación, financiamiento y asesoría técnica a los productores a cargo técnicos del Centro de Tecnologías sostenibles y del CERAI.
En Haití, el Cerai y Jacarafe trabajan en la redacción de un proyecto agrícola que será puesto en marcha el próximo año, según reveló Antonio Giménez.
Desde hace varios años, Jacarafe ejecuta proyectos binacionales en la zona fronteriza, tanto con comunidades dominicanas como con haitianas.
Actualmente el CERAI ejecuta proyectos en Cuba y Centro América, además de África y el Mediterráneo.
El Centro de Estudios Rurales y Agricultura Internacional (CERAI) es una ONG de desarrollo de proyectos de cooperación internacional desde 1994, Integrada en redes internacionales.
Tiene como objetivos desarrollar sus actividades en dos áreas geográficas para conservar y mejorar la biodiversidad, fortalecer el tejido social en el medio rural, frenar los procesos de desertificación, crear modelos de gestión sostenible del agua, desarrollar la Soberanía Alimentaria, fomentar estancias responsables y solidarias, catalizar la movilización de colaboradores, medios de comunicación, recursos financieros y alianzas y generar alternativas que frenen el proceso de éxodo rural (emigración).
En Latinoamérica desarrollan la Soberanía Alimentaria, frenar los procesos de deforestación, favorecer la conservación de la biodiversidad, promover la investigación y aumentar los conocimientos de temas agrícolas y de cooperación, abordar las causas estructurarles de la pobreza y definir propuestas alternativas.
También, sensibilizar a cerca de la importancia y viabilidad de estos modelos alternativos de desarrollo, apoyar la incorporación de la mujer en todos los ámbitos de la sociedad, incentivar modelos de agricultura, pesca y ganadería sostenible.
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